- J.R. Storment se dedicó a crear innovaciones tecnológicas para lograr el éxito y se olvidó de apartar tiempo para su familia.
Este padre estadounidense se dedicó a trabajar en importantes empresas como Uber, fue cofundador de Cloudability y tiene un amplio currículum en la red social LinkedIn. Para lograr su éxito se olvidó de las vacaciones, pasar tiempo con los amigos y su familia.
Su sacrificio llegó que ni tuvo tiempo para atender a su hijo gemelo de ocho años, Wiley (hermano de Oliver), quien falleció mientras se encontraba en una reunión de trabajo. Se enteró cuando su esposa lo llamó para informarle del deceso. Ante este hecho Storment redactó lo siguiente:
“Hace unas 3 semanas perdí a uno de mis hijos. Cuando recibí la llamada estaba sentado en la sala de conferencias con 12 personas”. Escribió que llegó 12 minutos después que recibió la noticia, señaló: “El callejón estaba lleno de vehículos.”
“Corrí directo a la puerta, fui al dormitorio que compartían mis hijos. Media docena de policías bloqueaban mi paso. Cuando un niño muere de repente, se convierte en una potencial escena del crimen.” Destacó que cuando vio a su hijo se “quedó acariciándolo hasta que llegaron las autoridades a llevárselo con una camilla.”
“Salí con él, sosteniendo su mano y su frente, a través de la bolsa de cadáveres”. También, comentó que Wiley murió de muerte súbita y una epilepsia (SUDEP). Comentó: “el año pasado se le diagnosticó (…) una epilepsia rolándica común en niños de 8 y 13 años”.
“(…) La tarde anterior Wiley estaba sano y comprometido. Unos amigos con hijos se quedaron a cenar. Todos saltamos en la cama elástica, que compramos para la casa nueva (…) Wiley se puso mandón con los otros niños y empezó a decir que estaban jugando mal.”
“Yo me lo llevé y fui estricto con él (…). Esa fue una de nuestras últimas interacciones y no puedo más que arrepentirme. Aún veo sus lágrimas cayendo y protestando (…). Aún no he vuelto a trabajar (…). La verdad es que he pensado no volver.”
“Trabajas y trabajas durante años y años, nunca paras, no te tomas un minuto libre, estás demasiado ocupado ganando plata. Algún día, dices, te divertirás, cuando seas millonario. Imagina lo mucho que te vas a divertir en tu vieja mecedora. Disfruta, es más tarde de lo que crees. Disfruta, mientras aún seas joven. Los años pasan rápidos como un parpadeo. Disfruta, disfruta, es más tarde de lo que crees”.
Mientras mi esposa escribe su precioso artículo (ella siempre ha sido más elocuente que yo) todo lo que queda es recordar: “Por favor, pregúntanos por la vida y muerte de nuestro hijo. Nos curamos un poquito mientras hablamos de ello”.
De estas cenizas han surgido muchas conexiones nuevas y restauradas. Gracias por ser una de las mías. Y espero que con esta tragedia empieces a considerar las prioridades de tu propio tiempo.