- Sucedió en la misma noche y solamente uno fue el lamentable protagonista de un hecho ocurrido por culpa del alcohol.
Un triste ejemplo de lo que el consumo excesivo del alcohol puede ocasionar, quedó en evidencia la noche del jueves en la comuna de Ñuñoa, cuando un mismo individuo protagonizó una persecución, un arrollamiento, un intento de robo y un choque.
Todo comenzó cuando los Carabineros de la SIP de la 33ª Comisaría recibieron la notificación de un vehículo negro con vidrios polarizados que transitaba en contrasentido a toda velocidad a través de calle Brown Sur con Eduardo Castillo Velasco.
Los funcionarios se dirigieron al lugar, divisaron el auto que circulaba velozmente por la avenida, y emprendieron una persecución para capturar al infractor.
Pero las cosas empeoraron a partir de ese momento.
La huida
Al percatarse de que Carabineros lo perseguía, el conductor ebrio aceleró a través de varias intersecciones y en su loca carrera embistió a un repartidor de comida que cruzaba por una esquina en motocicleta. Afortunadamente las lesiones fueron leves.
Pero el hombre del auto negro continuó en su huida desesperada, pensando que no sería atrapado. Fue entonces cuando la situación se tornó más demencial.
Como si no fuera suficiente haber atropellado a alguien, el sujeto decidió interceptar un vehículo para robarlo. Pero no contaba con que era el auto de un oficial de Carabineros, quien se defendió y evitó el robo.
El ebrio tuvo oportunidad de huir de nuevo, pero más adelante, en calle José Manuel Infante, terminó chocando contra un vehículo estacionado, para poner fin a la absurda persecución.
Apercibido
El conductor, cuya identidad no fue dada a conocer, fue detenido y mantiene una causa por robo con intento de homicidio. Todavía se indaga si el vehículo con el que protagonizó la persecución ha sido denunciado por hurto. La Fiscalía determinó que debe quedar apercibido bajo el artículo 26 del Código Penal.