- Clement Wong, Head of Global Product Marketing, Huawei Consumer Business Group, habla sobre el impacto que está teniendo el avance de la tecnología fotográfica de los teléfonos inteligentes.
Hace tan sólo una década no habríamos imaginado la revolución cultural que los smartphones estaban por comenzar, y la drástica forma en que nuestras vidas cambiarían gracias a la conectividad. De la misma forma, nadie habría pensado que los smartphones arrebatarían la posición como el dispositivo de cámara más usado del planeta, superando incluso a las cámaras compactas tipo point-and-shoot, así como a las cámaras profesionales.
La inmensa popularidad de los smartphones ha traído consigo una amplia gama de innovaciones tecnológicas que han permeado en el territorio fotográfico. Aunque las primeras cámaras de estos dispositivos no contaban con calidad comparable ni siquiera a la de las cámaras compactas, su tecnología ha mostrado grandes avances, experimentando constantes mejoras e incluso reinvenciones, al punto en que hoy en día se han convertido en una herramienta confiable no sólo para los usuarios cotidianos de smartphones, sino también para los fotógrafos amateur y profesionales.
La historia de las cámaras en smartphones es una fiel representación de la dirección que la tecnología fotográfica ha experimentado: ha evolucionado de cámaras sencillas únicamente caracterizadas por tener un sensor digital, hacia la fotografía computacional que aprovecha el impresionante poder de los procesadores modernos, y ahora de la Inteligencia Artificial. Ya que las primeras generaciones de smartphones simplemente eran dispositivos con cámaras digitales integradas en sus cuerpos, la primera mejora lógica llegó en el hardware: mejores ópticas, sensores con mayor capacidad para capturar luz, así como con mayor resolución, la adición de flash, etc. Todo esto produjo cámaras cada vez mejores, pero con las limitaciones impuestas por el diseño de los smartphones.
Una de estas limitaciones era –por ejemplo– la imposibilidad de integrar lentes con capacidad de realizar un zoom óptico. Otra era la inhabilidad para controlar el enfoque de manera óptica, lo cual no era posible lograr en un smartphone sin tener que instalarle un tosco módulo bastante impráctico para su cuerpo. La solución a esto fue la invención del sistema de cámara dual, introducido con el HUAWEI P9 en 2016, que fue creado en conjunto con Leica y usaba la segunda cámara para distintos propósitos: uno de ellos era medir y triangular la distancia entre la cámara, el sujeto y el fondo, para crear retratos con un efecto bokeh que luce natural, lo cual antes sólo se podía lograr con una cámara profesional usando un lente de 50mm; otro de los problemas que resolvió esta configuración de cámara doble fue el zoom, gracias al zoom híbrido sin pérdida de calidad. Además de todo esto, el HUAWEI P9 era capaz de producir fotografías en blanco y negro de forma nativa gracias al sensor monocromático de una de sus cámaras.
El avance de la fotografía con smartphones ha sido marcado no sólo por las mejoras en cuanto a hardware, sino también en software. El sistema de cámara dual es un ejemplo de esta combinación de elementos, pero también hay otros que fueron esenciales, como la reducción de ruido, la mejora de nitidez, estabilización y un mejor desempeño en baja iluminación, todo gracias a los algoritmos del Procesador de Señal de Imagen (ISP, por sus siglas en inglés). Hasta este punto, el inmenso progreso en la fotografía con smartphones ha sido posible gracias a la versatilidad y el poder de la computación.
El hardware del HUAWEI P9 era capaz de hacer ajustes en su configuración, incluyendo el ISO, velocidad de obturador, compensación de la exposición, balance de blancos, enfoque y más, justo como una cámara profesional. Por eso es que se llama Modo Profesional, ya que da a los fotógrafos expertos la oportunidad de producir la mejor foto posible en cada situación, debido a que ellos tienen una idea sólida de lo que estos valores y variables representan. El Modo Profesional abrió la puerta de la creatividad y la expresión artística para la fotografía con smartphones, llevando al límite lo que estos dispositivos pueden lograr; sin embargo, los resultados de alta calidad estaban reservados para aquellos que tenían un buen entendimiento y experiencia de los principios fotográficos.
Avancemos al año 2017, en el que Huawei reinventó la fotografía móvil, una vez más reduciendo la brecha entre los smartphones y las cámaras profesionales, pero esta vez introduciendo un elemento aparentemente inesperado: Inteligencia Artificial. En septiembre de ese año, la compañía introdujo el Kirin 970, el primer procesador para smartphones que integra un módulo dedicado a las tareas de IA, llamado Unidad de Procesamiento de Redes Neurales (o NPU, por sus siglas en inglés). El Kirin 970 fue diseñado para optimizar cada aspecto del próximo a salir HUAWEI Mate 10, como batería, desempeño, y eficiencia energética. Sin embargo, otra de las ventajas de tener Inteligencia Artificial integrada en el dispositivo era que ésta podría ser aplicada también a la fotografía.
El siguiente paso para llegar a la fotografía de nivel profesional con un smarphone fue la integración de la Inteligencia Artificial en el HUAWEI Mate 10. Esto fue un verdadero agente de cambio, ya que ahora cada usuario tenía la oportunidad de sacar el mayor provecho del hardware de una forma eficiente y simplificada. La Inteligencia Artificial dio al HUAWEI Mate 10 la habilidad de reconocer hasta 13 distintos tipos de escenarios y objetos, como personas, perros, plantas, flores, atardeceres y más. Debido a que el dispositivo puede saber lo que es el sujeto, la cámara logra ajustarse a sí misma para capturar la mejor foto posible. Es como tener a un fotógrafo profesional asistiendo al usuario en cada toma, pero de una forma sencilla, instantánea e inteligente, sin interferir en el proceso creativo. Al quitar las dificultades técnicas del camino hacia la foto perfecta, la Inteligencia Artificial permitió que cada usuario se pudiese enfocar en aspectos más importantes, como la composición, narrativa, e interacción con el sujeto –en el caso de los retratos– para que con esto la expresión artística se convirtiera en el objetivo principal del acto fotográfico.
La fotografía computacional permitió a los usuarios dominar las configuraciones de la cámara en una forma adaptable a diferentes situaciones, pero sin terminar ahí, ya que la Inteligencia Artificial también puede realizar varias mejoras al procesamiento de la imagen, como reducción de ruido, mejora en la nitidez y un enfoque más rápido, sacando la mejor ventaja posible del ya poderoso hardware de un smartphone como el HUAWEI Mate 10.
Aunque la Inteligencia Artificial apenas está comenzando a impactar la fotografía, ya se ha convertido en un punto de inflexión capaz de empoderar tanto a los principiantes como a los profesionales. La fotografía computacional es precisamente el camino para que los smartphones capturen mejores fotos: al tener mayor resolución y detalles, menor ruido y un mejor enfoque, ¿qué falta por lograr? Estamos a punto de averiguarlo.