- Columna de Carlos Filippi, Experto en Economía Digital.
Hoy se publicó el estudio de “Customer Trust”, de Llorente&Cuenca, donde se muestra al consumidor chileno como el más desconfiado de Latinoamérica, incluyendo a México. Este estudio mide atributos como credibilidad, transparencia e integridad.
Noticias como colusiones, contaminación, filtraciones en bancos, utilidades extraordinarias de compañías y mucho más, han ido generando en los compradores cierta distancia con las distintas empresas y en el tiempo han generado cada vez más desconfianza. La credibilidad empresarial está cada vez más en entre dicho y según estudios de Kawésqar Lab, la generación Z (14 a 22 años), que en 10 años tendrá el poder económico, no cree en marcas y menos en su valor, prefieren valorar productos.
Dado lo anterior, vemos que la baja credibilidad de las marcas, ya es una realidad y en el futuro próximo se incrementará.
Ante este escenario, ¿Qué deben hacer las Organizaciones?
Una vez más haciendo referencia al estudio de Kawésqar Lab, las marcas y las empresas de moda, además, tienen la oportunidad de captar el entusiasmo de los Z en clave urbana, ya que sus miembros son personas más comunitarias y sociales, que hablan de un estilo de vida compartido y se alejan del individualismo. Lo anterior apunta, a que las compañías deben, tener un propósito y explicitarlo. Deben hacer sentir especial a su cliente y mostrarles que este propósito es muy similar al de cada uno de ellos, de manera que las personas se sientan y vuelvan a generar relaciones con las compañías.
Tal como dijo el zorro al principito: “Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Así es que me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se llenará de luz”. En un mundo cada vez más, en marcas y productos, el desarrollo de relaciones, es lo que marcará la diferencia entre las compañías.
Un ejemplo muy actual es Nike, compañía que ha tenido una comunicación conservadora, ahora toma posición respecto al racismo en Estados Unidos y al aborto en México, a través de sus nuevas campañas en esos países. Es muy posible que la marca pierda algunos clientes, incluso pierda algunos puntos en su valoración bursátil, pero está mostrando su propósito, y sabemos que esto llegara a un nuevo tipo de consumidor, más social, más comprometido con su sociedad y menos individualista. La marca está pensando en el largo plazo y no en la miopía del corto plazo.
Por Carlos Filippi H.
Experto en Economía Digital.