- La cifra deja al sistema de trasplantes en una situación muy complicada, ya que este año ha tenido una fuerte caída, preocupando a las autoridades.
La negativa de las familias chilenas a autorizar el trasplante de órganos de sus parientes fallecidos, ha alcanzado una cifra récord durante el último mes, manteniendo la tendencia observada en 2018. Se trata de la peor caída de donantes de órganos en dos décadas.
El pasado mes sólo 2 de cada diez familias accedieron a que sus parientes siguieran “dando vida” después de confirmarse la “muerte cerebral” del paciente. Lo más llamativo del caso es que la lista de solicitudes se incrementa en igual o mayor proporción.
Los datos aportados por el Ministerio de Salud indican que en Chile hubo un aumento del 53% de pacientes que esperan por un donante de hígado y de 38% de quienes aguardan por un pulmón, en tanto que un 8 por ciento hacen diálisis frecuentes en demanda de un riñón. La cifra de trasplantes llegó a 68 a agosto de este año, lo que indica una caída del 47%.
Según las autoridades, hay cerca de 10 donantes por cada millón de habitantes, cifra que resulta insignificante. En el primer semestre de 2018, la cifra de trasplantes se redujo a la mitad con relación al 2017, lo que encendió la alarma.
En el país, cerca de 2000 pacientes aguardan en hospitales por donantes voluntarios, entre los que se incluyen pacientes de diálisis (por riñón), hígado, pulmón, páncreas y especialmente donantes de corneas.
En junio pasado parlamentarios propusieron un Proyecto de Ley para aumentar el número de donantes, colocando una fecha de expiración a los registros de no donantes. La Ley vigente establece que todos los chilenos son donantes, a menos que expresen ante notaría su decisión de no serlo.
Este registro se realiza normalmente al tramitar documentos de identidad como la licencia para conducir.
