- La falta de tratamiento temprano puede provocar patologías como cataratas, glaucoma y desprendimiento de retina, entre otros efectos en la etapa de adulto mayor.
La miopía es uno de los trastornos oculares más comunes del mundo y su alarmante avance en los niños puede acarrear graves secuelas de salud a corto y largo plazo si no se trata a tiempo.
Visión borrosa o patologías como el glaucoma, cataratas, desprendimiento de retina y maculopatía miópica, son comunes cuando no ha existido un tratamiento temprano.
Esta deficiencia afecta a casi el 33% de los estadounidenses mayores de 18 años y a cerca del 50 % de los estudiantes universitarios ingleses.
Lo más preocupante es que su expansión va en aumento, ya que se estima que afectará a casi 5.000 millones de personas en todo el mundo para el año 2.050.
Se ha determinado que las personas que tienen miopía alta tienen una prevalencia mayor de complicaciones como el desprendimiento de retina, que ocurre en más del 40% en ojos miopes, siendo mayor el riesgo cuanto mayor es el defecto refractivo.
Esta deficiencia también ha sido asociada con un aumento de la prevalencia del glaucoma. Los miopes enfrentan un riesgo dos o tres veces mayor de desarrollar glaucoma.
Por ello, la prevención en edades tempranas es fundamental para frenar su avance. Debe controlarse de manera regular en niños, especialmente cuando hay miopía en la familia, ya que en muchos casos es un trastorno hereditario.
Entre los tratamientos más innovadores e inocuos para ralentizar su progresión está el uso de lentes de contacto diseñados para este fin, como MiSight® 1day con ActivControl® technology de CooperVision, uno de los fabricantes líderes del mundo en esta materia.
La miopía puede disminuir en 59% después del tercer año del uso diario de lentes de contacto con esta tecnología, según un ensayo clínico realizado a 100 niños miopes de Singapur, Canadá, Inglaterra y Portugal durante cuatro años.