- Para no ir al colegio la pequeña ideó el astuto procedimiento, pero no terminó de la mejor manera.
Cuando éramos niños, casi todos intentábamos faltar al colegio alguna vez pretendiendo sentirnos mal, simulando alguna tos o un dolor estomacal. Pero Lily Schooley, niña inglesa de 6 años, fue un poco más allá.
Cuando se percató de que varios compañeros de colegio comenzaban a faltar a clases debido a que padecían de varicela, ella ideó un astuto plan. Decidió repartir gran cantidad de pintas rojas por todo su cuerpo y corrió a decirles a sus padres que ella también se había contagiado de la eruptiva.
Esto sucedió precisamente el día en que Lily debía asistir a un importante examen en su salón.
Pero no fue fácil engañar a papá y mamá. Mucho menos cuando 10 minutos antes les había pedido un lápiz rojo. Así que cuando la pequeña acudió a sus padres para decirles que había enfermado, ellos ya sabían que algo raro estaba pasando.
Ya conscientes de que todo era mentira, los padres de Lily le dijeron que tendría inevitablemente que ir al médico a revisar su repentino contagio de varicela.
Ante esto, la niña se asustó mucho y corrió al baño para darse una ducha que demostrara que todo era una broma. Pero no contaba con un imprevisto: el lápiz que había utilizado era de tinta permanente.
Ninguna de las pintas rojas que Lily se dibujó desapareció de su cuerpo por al menos cuatro días.
Una vez que el incidente ha pasado y las pintas han desparecido del cuerpo de la astuta criatura, los padres recuerdan el evento con entusiasmo. “La casa siempre está llena de risas con Lily. Ella es muy ingeniosa. Mi marido y yo estábamos llorando de risa, tratando de no decir lo que sabíamos”, explicó la madre al diario The Sun.